viernes, 13 de abril de 2012

El silencio se apodera de mi

Mi cara es muy expresiva, sí. Es un acto reflejo; acción-reacción. Yo soy como soy.
No es que mi humor sea muy variable, sino que soy demasiado frágil aunque quizás no lo parezca, o eso me dicen a veces; pero sí lo soy, no soy una persona fría y sin sentimientos, que no llore desconsoladamente y a moco tendido no significa que no me duela igual o más; y quienes lo dicen está claro que no me conocen. Qué paradójico; no entiendo nada. Que siempre tenga una sonrisa en la cara no quiere decir que ni sienta ni padezca, también tengo mis días tristes y sufro…  Me jode, sí, me jode y mucho.
Con el paso de los años me he vuelto de cristal, frágil ante cualquier golpe y muchas veces he quedado hecha añicos, aun así siempre consigo recomponerme, pero cada vez cuesta más recoger esos trocitos del suelo y volver a unirlos para que formen una capa protectora sólida; llegará un día en que no exista un pegamento tan fuerte como para que esa vuelva a ser estable.
Aun así, yo me niego a resignarme porque sé que un día saldrá el sol.

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