martes, 27 de diciembre de 2011

Pensabas que...

Un día lo ves, y piensas qué guapo. Otro día te atreves a saludarlo, y dices qué simpático. Al otro día le invitas a un café, y al siguiente él a ti, y comentas qué amable que es. Y así poco a poco vas enamorándote de él, sin darte cuenta, sin saber la cantidad de cosas que te recordarán a él. 
Tendrás esa sonrisilla tonta todo el día, y cuando te digan su nombre, echarás a reír, una risa inconfundible, esa risilla de enamorada que te sale al escuchar su nombre.

Pero llega un día que dejas de saber de él, y pasan los días, preguntas pero no contesta, nadie sabe nada, entonces es cuando piensas que no había nada entre vosotros, más que una amistad pura y dura, la cuál trataba de mantener a toda costa, pero de repente, todo se acaba, se oye un silencio entre los dos. 
Los días pasan, las semanas pasan, y solo sabes que vive por un mensaje, pero ya no hablas con él. Ese tonteo continuo que tenías se acaba y se enfría como el hielo, y aunque quieras pensar que no había un tonteo, lo había y sinceramente te gusta, pero se acaba...

Sales una noche con tus colegas, cenas, te tomas unas copas, y te vas a la discoteca o a un pub, y de repente, una canción, una situación, una mirada y pum! te vuelve su cara, su sonrisa, la suavidad de su pelo, su colonia, su mirada... 
Y no entiendes por qué en ese mismo instante vuelves a recordarlo, si lo habías dejado atrás, si llevabas días sin pensar en él, pero sin querer, vuelves a hacerlo, y poco a poco vuelves al punto de partida de tus sentimientos...

jueves, 22 de diciembre de 2011

Bajamos la mirada al suelo. Nos entendimos. Hasta pronto.
Que sí, que es cierto, que he vuelto a sonreír. Cuéntale que estoy bien, que no pasa nada… pero que hay cosas que sigo sin entender.
¿Por qué ahora? Lo he intentado varias veces y nada. Lo tenía asumido. Ya se había convertido en rutina, y ahora ha dejado de serlo.  Ya no sé pasar, ya no puedo… y tampoco sé si quiero. He vuelto al punto de partida.
Apuntaré cada palabra cual periodista en mi mente para luego repasarlas una y otra vez, intentando sacar alguna conclusión en claro. Resulta curioso y paradójico, pero a veces en estado sobrio las cosas se ven con menor claridad que estando ebrios (no quiero decir con esto, ¡bebamos sin control!), pero a veces es “necesario”, necesitamos sentirnos así, en un estado en el que solo vives el -ahora-, sin preocupaciones por el –luego-, dándote cuenta realmente de la verdad; aunque a las horas ya no recuerdas nada de aquella sensación tan liberadora, ¡malditas lagunas!.

Vuelvo a darle vueltas a todo. Entro un bucle. Una vez más, no encuentro la salida…
Tiempo al tiempo me digo.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Si dice ven...

Pasa el tiempo, el corazón se para, tus pensamientos cesan, te olvidas o no recuerdas, pero un gesto, una palabra, una imagen hacen que recuerdes todo.
Pasa el tiempo y dejas de hablar con las personas, dejas de preguntar qué tal están, o qué tal les va la vida, dejas de saber de la otra persona porque no quieres recordar lo que sufriste, o lo que estás sufriendo en silencio. 
Pero de repente, llega una tarde, y te vuelve a hablar, vuelves a saber de su existencia, tu corazón empieza a latir a mayor velocidad de la que estaba latiendo, por tu cabeza pasan millones de imágenes, sonidos, palabras, personas, lugares, que te recuerdan todo.
Te pregunta qué tal, tu contestas que bien, aunque no sea verdad, y entonces te dice que quiere volver a quedar contigo, que quiere saber de ti, tras varias semanas sin dar señales de vida, pero, ¿Porqué? Si tú ya habías dejado de pensar en él o en ella, ya no pensabas en qué decirle o que hacer, y ahora vuelves otra vez al mismo punto de partida, a empezar otra vez, a luchar de nuevo por él o por ella. 
Te pueden decir que eres la mejor persona que han conocido, la más responsable, cariñosa y amable, pero de qué te sirve, si el que te ha hecho sufrir te dice ven y dejas todo para ir. 
Algunos lo llaman amor, pero, y tú, ¿Cómo lo llamas?

domingo, 11 de diciembre de 2011

Siempre esperando

Nos pasamos la vida esperando al hombre perfecto. A el hombre que nos hace felices, el que con una palabra te saca una sonrisa, el que cuando le dices hola ya sabe como estás, que te pasa... El que sabe que al preguntarte como estas, y le dices ¡bien! él te abraza fuerte, y te dice al oído "yo sé que no estás bien" y te sigue abrazando, dándote el calor que necesitas en ese momento, recibiendo todo el cariño que se necesita en determinados momentos, pero que por vergüenza, nunca pedimos.

Nos pasamos la vida esperándolo, y cuando lo encuentras, te das cuenta de que no es correspondido. Entonces es cuando te pasas el día pensando en lo que harías con él, lo que pasaríais juntos... porque sabes que tiene los mismos gustos que tú, que es cariñoso, amable contigo y sobretodo, que te conoce a la perfección. 

Siempre soñamos con el príncipe azul, alto, rubio, guapo, simpático, inteligente, pero ¿a caso existe?, no, y creo que no lo encontraremos nunca, pero lo que si encontraremos serán personas que nos quieren, que nos conocen y que están a nuestro lado en todos los momentos de nuestra vida, ya sean buenos o malos. 

sábado, 10 de diciembre de 2011

Que la vida pasa, y pasa cada vez más rápido, y los días se pasan volando y yo sigo aquí, perdida en esta encrucijada sin saber que camino elegir, sin saber qué hacer, cómo actuar, qué pensar, qué sentir, qué decir...

jueves, 8 de diciembre de 2011

Un brindis

Se aproximan unas fechas señaladas, en la que los brindis se proponen de forma constante, pues bien, pido un brindis por:

esas personas que sin saber de que va el tema, opinan;
esas personas que se meten en medio cuando nadie les ha llamado;
esas personas que defienden a una persona, atacando a otra;
esas personas que prefieren el insulto antes que el argumento;
esas personas que mienten más que hablan;
esas personas que se creen buenas y no lo son;
esas personas que crean mundos imaginarios;
esas personas que dicen te quiero, y no saben lo que significa;
esas personas que son tan débiles que necesitan atacar para sentirse bien;
esas personas que no saben nada, y creen que el mundo es suyo;
esas personas que son unas interesadas.
esas personas que intentaron dañarme y no lo consiguieron.

Brindo por todas esas personas...Gracias, me habeis hecho ser más fuerte.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Sólo uno

¿Alguna vez te has preguntado a quién tienes a tu lado? ¿Quién va a responder cuando estés mal? ¿Cuando todo vaya mal? ¿Te lo has preguntado alguna vez?
¿Sabes realmente de qué personas te rodeas? Te quieren, te admiran, te envidian, te odian... Pero realmente, quien merece tu amistad, tu sacrificio de mantenerlos a tu lado...

Una persona puede llegar a tener 500 amigos en una red social, de los cuales, 480 te escriben o te dicen algo cuando la red les recuerda que es tu cumpleaños. De los 20 restantes, 10 al pasar por al lado, casi ni te saludan. De los otros 10 restantes cinco te saludan con un levantamiento de barbilla, o un gesto con los ojos. Los cinco restantes, están ahí, sales a tomar una cerveza, pero solo uno de esos cinco, es el que está a tu lado, el que te apoya, el que te coge el teléfono sea la hora que sea, el que te abraza cuando le dices que todo va bien, pero él sabe que no. 

¿Para qué necesitamos tanta gente en las redes sociales? si sólo uno es el que está pendiente de ti y tú de él. Del que te preocupas cuando no sabes nada desde hace tiempo, el que le preguntas si sigue vivo, o si ha sobrevivido a una época de exámenes. Él es el que se merece todas tus sonrisa, tu cariño y amistad. 

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Aquello que nunca pensaste,
aquello que nunca creíste,
aquello que siempre añoraste,
aquello que siempre quisiste.

El recuerdo prevalece,
con sólo cerrar los ojos,
revives lo que pasó.

¡Pero por qué de esta forma
todo tuvo que pasar!

¿Será que volvamos a vernos?
Pero mientras,
todo tendrá que seguir.

lunes, 28 de noviembre de 2011




Como una canción aun sin acabar, me pregunto ¿Cuánto tiempo me quedaré aquí esperando alguno de esos cuentos sin poder oírte?
Respirar lo que hemos vivido, será tenerlo y será perderlo a la vez;
olvidar lo que nunca te he contado y dejarlo atrás, será perderlo y conservarlo a la vez.

Hiding my heart

I met someone by accident.... but like everything I've ever known, you disappear one day, so I spend my whole life hiding my heart away and I can spend my whole life hiding my heart away.


viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Cómo puedes no darte cuenta?

Hay quien dice que el miedo no es parte de mí, que la energía y la locura me abrazan. Se equivocan, si pudiera quitarme el disfraz lo haría.
Todo se ve con cierta claridad hasta que te paras a pensar en los detalles, en esos pequeños matices que te hacen profundizar en cada tema, te hacen dudar e inevitablemente te vuelven temerosa, que no temeraria.
Sé que no hay forma de convencerte de que por mucho que le des vueltas a las cosas, por mucho que creas que ahora es sí cuando antes era no,  por mucho que te parezca diferente… nada cambia de la noche a la mañana (no sé si por desgracia o por fortuna, pero así es). Cuanto antes te des cuenta, mejor; menos futuro sufrimiento innecesario. Lo único que cambia es tu percepción de las cosas, unas veces te vuelves optimista y crees que puedes conseguir todo lo que te propongas y quieras, que no existen límites; y otras, pesimista haciéndote pensar que no vas a superar los obstáculos que van apareciendo conforme caminas sobre los días del calendario, días que vas tachando conforme terminan y te das cuenta que sigues igual que al principio, que lo único que ha pasado y queda atrás es el tiempo. Unas palabras, un gesto, una sonrisa… pueden desmontarte las bases de lo que tenías más o menos claro, pueden hacerte replantearte cosas antes inamovibles.
¿Realmente merece la pena autoengañarte? Puede que no te des cuenta en ese momento, pero la respuesta es no. Ese tiempo que desaprovechas creyendo lo que no es, no vuelve, se pierde… y la vida es demasiado corta como para estar tirando los segundos, minutos y horas como si no tuviesen ningún valor, y sobre todo innecesariamente. Por si esto no fuera suficiente motivo a tener en cuenta, ¿crees que vale la pena sufrir a lo tonto? Tampoco.
¿Cómo puedes no darte cuenta? Te prometo que lo intento, pero no lo entiendo. Quizás sea porque ya he aprendido la lección, casi nada es lo que parece.

Pd: creo que cualquiera que lo lea puede sentirse identificado, al fin y al cabo nadie es de piedra...

martes, 22 de noviembre de 2011

¿De verdad que no?

¿Cómo no te puedes dar cuenta? ¿Cómo no puedes darte por aludido? Con todo lo que digo y escribo de ti, y no dices nunca nada...
Tú mandas indirectas, yo entiendo esas indirectas, estamos solos y eres diferente que cuando hay gente por medio. Me dices muchas cosas amables, cariñosas, tiernas, pero llega un día y no me hablas en dos semanas. Te preocupas por mi, sí, pero no de la misma manera que el resto de la gente de mi alrededor.

Si analizo todas nuestras conversaciones, y cogiera pequeños fragmentos y los leyera en alto, pensaría que estamos en un tonteo continuo, pero sin embargo, hay otros fragmentos que deshacen todo razonamiento lógico, es un ahora voy y ahora no voy, te tiro la caña, pero la recojo. 

Hay momentos, en el que pienso que quieres algo más que ser sólo amigos, pero hay otros en los que me siento como tu mejor amiga, en la que confías de manera irracional. Me ayudas más que nadie, sabes qué decirme en cada momento aunque haya frases que se queden marcados para siempre, porque resultan ser la verdad, y la verdad duele, y más si te la dice la persona a la que amas, o crees amar. Pero no pasas al paso siguiente, al nivel siguiente, y no se si es porque no quieres, no te atreves o no debes. Pero esa incertidumbre que tienes, yo también la tengo. 

Por mi cabeza pasan muchas situaciones que hemos vivido, que de normal con un amigo no se viven, gestos, miradas, palabras... que me hacen creer una cosa, pero luego no es nada. Puede que te pase lo mismo que a mí, que no sepas lo que siente el de enfrente, pero esto nos perjudica a los dos.
Lo que se, es que si te veo con otra persona a tu lado, no podré seguir adelante, y será en parte por mi culpa, por no decirte lo que siento, pero creo que no debo. 

Sin más...

Mientras no se sepa la verdad, las heridas del pasado continuarán abiertas y sin cicatrizar. Conocer la verdad duele, sí, pero es sin duda una acción altamente saludable y liberadora para nuestra cabeza a largo plazo. La verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Esa angustia de no saber la verdad desaparece con el tiempo; el tiempo todo lo cura, o eso dicen...

domingo, 20 de noviembre de 2011

¿Razón o Corazón?

Me he planteado esta pregunta cientos de veces…  y a pesar de ello, no consigo llegar a una respuesta clara. ¿Qué debo hacer?

Hay dos opciones, seguir lo que la razón te dice; o bien, guiarte por lo que el corazón te dicta… ¿Cuál es la opción más acertada? Creo que la decisión también depende del momento y de la situación que estás atravesando…

Seguir lo que tu cabeza te dice quizás sea lo más objetivo, lo más sensato; te guía acerca de lo que crees está mejor aunque sea de una manera inconsciente, sin que todavía te des cuenta, llámalo intuición, intuición que bastantes veces acierta. Podría compararse con una falsa pitonisa que todo lo sabe antes de que suceda. Sin embargo la vida no es ni mucho menos así, sino que es una continua aventura, es impredecible, es un continuo arriesgar, es ganar unas veces y perder otras... Por el contrario, guiarte por lo que tu corazón te dicta es hacerlo de una manera más visceral, más emocional y sentimental. Aparentemente parece ser la mejor opción, pero no lo es. El corazón a veces te engaña haciéndote creer cosas que no son, haciéndote pensar que todo es posible, haciéndote soñar… y en ese momento no te das cuenta de la realidad. Es como estar en el mundo Yupi que tan sólo tú eres capaz de ver. Quien dice mundo Yupi, dice mundo Ouch (me lo acabo de inventar) en el qué la soledad es tu fiel compañera, y de igual manera, nadie más puede verlo.

Creo que puede decirse que existe también un término medio, guiarte por la cabeza y por el corazón simultáneamente, pero no plenamente, sino protegiéndote. La sobradamente conocida como “coraza” es algo que nosotros mismos nos imponemos para intentar evitar posibles daños futuros, quizás podría compararse con un escudo; escudo que te hace luchar plenamente sin tener miedo a nada sabiendo que estás protegido, aunque sí teniendo cuidado ya que en cualquier momento te lo pueden arrebatar. Es como quien se pone un abrigo en pleno enero para protegerse del frío y que a pesar de que lo lleves, hay veces que el frío lo traspasa como si nada, el frío se te mete en el cuerpo y no hay forma de sacártelo, pasándolo mal en esos momentos.  Igual ocurre con la coraza, no siempre realiza su función; al menos ya estamos avisados ya que nos la hemos impuesto nosotros mismos y no somos de piedra, y sabemos que si es enero aunque llevemos abrigo podemos acabar  pasando frío…

Visto lo visto, ¿qué es mejor? No lo sé.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Qué puedo hacer...

Qué puedo hacer para que me quieras, para que te importe, para que veas que estoy aquí y que nunca me iré, qué puedo hacer...


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tal vez

Tal vez no lo diga, pero me gustas,
tal vez no lo demuestre, pero me importas,
tal vez no lo parezca, pero lo siento,
tal vez no llore, pero me duele,
tal vez no te mire, pero te echo de menos,
tal vez no te hable, pero ojalá me entendieras,
tal vez no te bese, pero me encantaría.

Lo haré

Intentaré una y otra vez lo imposible hasta conseguir hacerlo posible.

martes, 15 de noviembre de 2011

Esa línea imaginaria

Todos tenemos a un amigo o a una amiga que la queremos más de lo que debemos. Esa línea delgada imaginaria que separa la amistad del amor, una línea que te lleva de cabeza cuando la estás pisando demasiado, esa línea que te dicen que nunca debes de traspasar, porque si la traspasas puede que sufras y que te duela.

Es un paso lo que damos, una palabra, un gesto, una sonrisa, un momento, un lugar en el que se traspasa esa línea, un viaje o un día, en el que te das cuenta de la gran persona que tienes a tu lado, y que siempre le viste con los ojos de la amistad, pero ese día, ese viaje, te cambia el punto de vista, y esa amistad se convierte en algo más. En una relación de confianza, en la que no te da miedo abrir tu corazón, pues esa persona te apoya, te ayuda, te ESCUCHA.

Traspasar la línea te puede provocar insomnio, quebraderos de cabeza, desconcentración, y sobretodo mirar todo desde un punto poco objetivo, pues piensas que todo es maravilloso. Algunos a ésto le llaman amor, o embobamiento por esa persona...

Es difícil no traspasar la línea, es difícil darse cuenta de lo embobada o enamorada que estas de esa persona, pero más difícil es volver a pasar la línea hacia el otro lado. Cambiar tus sentimientos hacia esa persona, mirarlo con los ojos de la amistad, porque te compensa más tenerlo de amigo, que sabes que en cuanto lo necesites va a estar ahí. Sí, lo sabes, sabes que va a estar ahí, lo que no sabes es si cuando traspases la línea e intentes que el de enfrente lo haga, no desaparezca para siempre, y te tengas que volver al otro lado sin nadie... 

Noches

Noches en las que no puedes dormir, en las que todo te viene a la cabeza, en las que piensas como sobrevivir a todo lo que te pasa en el día a día.

Esas noches en las que piensas lo que hiciste o lo que pudiste hacer, en lo que dijiste o lo que podrías haber dicho...

Noches en las que empiezas a valorar si merece la pena todo el esfuerzo que estás haciendo, si deberías esforzarte más, noches en las que piensas en todas esas personas que tienes a tu alrededor y que merecen tu cariño, y en las que no lo merecen...

Piensas, recuerdas y te das cuenta de todo lo que tienes y lo valioso que es, y en que tienes que cuidarlo como si no fuera tuyo.
Piensas en los momentos más bonitos que has vivido y que echas de menos, esas noches en las que estabas en sus brazos o simplemente en su compáñía... y te das cuenta de que lo único que necesitas es un poco de cariño...

lunes, 14 de noviembre de 2011

Tengo miedo, mucho miedo...

Me dijeron "no tengas miedo a demasiadas cosas; es peligroso y quizás las eches a perder". Y lo sé.

Sin embargo tengo miedo, mucho miedo...

Tengo miedo a decir la verdad por lo que pueda pasar,
tengo miedo a pensar sin ponerme unos límites ya que luego no puedo parar,
tengo miedo a elegir... supone que puedo llegar a equivocarme,
tengo miedo de jugar con lo prohibido, se vuelve tentador... mucho miedo.

Tengo miedo a quitarme la coraza y que todo me afecte todavía más,
tengo miedo a expresar mis sentimientos tanto con palabras como con hechos,
tengo miedo a sonreír y decir me gusta estar contigo, y que la respuesta no sea la misma,
tengo miedo a decir me importas y demostrarlo, y que no sirva de nada,
tengo miedo a mirar a los ojos ya que hablan por si solos,
tengo miedo de verte y que de pronto desaparezcas,
tengo miedo de besar y luego echarlo de menos,
tengo miedo de enamorarme y que luego lo único que me quede de ti, sean esos recuerdos que tanto hacen sufrir... mucho miedo.

Tengo miedo a no ser capaz de superar todo lo anterior, mucho miedo...

domingo, 13 de noviembre de 2011

Sé tú

Llamemos las cosas por su nombre. Digamos las cosas como se tienen que decir. Pensemos como solo nosotros mismos sabemos pensar, aunque tampoco demasiado o puedes entrar en un bucle del que no puedes salir. ¡Ya basta de tener miedo a todo! Saca de ti tu mejor tú. Haz feliz a los que quieres. Demuéstrales todo lo que vales. Demuéstrales de todo lo que eres capaz. Habla todo lo alto que puedas. Sé quien quieras ser sin que el miedo te paralice. Haz lo que quieras hacer, di lo que piensas realmente… pero sobre todo, sé tú.

Por qué lo hacemos tan dificil

¿Por qué hacemos las cosas tan difíciles? ¿por qué no decimos las cosas claras? nos ahorraríamos mucho sufrimiento, dejaríamos todo claro, sin malos entendidos, ni falsas esperanzas...
La búsqueda de nuestro príncipe azul es una perdida de tiempo, el hombre perfecto no existe, pero la mujer perfecta tampoco. Existe el hombre o la mujer que te hace feliz, que te hace reír, sonreír, el hombre o la mujer que cuando ve que dices que todo va bien se da cuenta de que hay algo que no va bien, que te pregunta como estás o qué tal el día sin esperar ninguna respuesta argumentada. Existe el hombre o la mujer que está siempre ahí, aunque tú no lo sepas, el que te espera cuando dices "no estoy preparada/o", el hombre o la mujer que te muestra su cariño día a día sin querer nada a cambio.
Pero siempre nos empeñamos en buscar la perfección, y en muchos casos, no nos damos cuenta de que el hombre o la mujer perfecta está a nuestro lado, día a día, hora tras hora. Puede que se llegue a confundir entre el amor o la amistad, pero no la amistad de colegas, que también, pero una amistad más profunda, más sincera. Una amistad, en la cuál, no te importa contarle lo más profundo de tu corazón, por que sabes que te entenderá, o te apoyará, o simplemente te escuchará. Una amistad que es tan fuerte que ni la distancia romperá, pues hablas con él o con ella a diario aunque no lo veas o no la veas. 
Esa amistad es la que debes cuidar con todo mínimo de detalle, pues si llega el día en que se pierde, sabrás la gran importancia que tenía en tu vida, aunque fueran detalles tontos, pero te darás cuenta de que lo has tenido al lado durante mucho tiempo y en un momento se ha perdido todo.


Nunca se sabe como va a reaccionar la persona que tenemos enfrente, ni lo que puede decir o hacer, pero sí que sabemos lo que nosotros podemos decir o hacer, pero en muchos casos, ni decimos ni hacemos lo que queremos, sino que decimos y hacemos lo que nos dicta el corazón, aunque en algún momento razón y corazón tengan una batalla dentro de tu cuerpo.

Lucha por lo que quieres

Hablamos y hablamos y hablamos, aunque en realidad no decimos nada porque lo que sucede verdaderamente se encuentra en los planos más sutiles: el lenguaje no verbal, la energía que emanamos, las intenciones y motivaciones profundas. Sin embargo, una sola palabra, basta para actuar como estímulo disparador de recuerdos y emociones.

Todo cuenta. Todo vale.
Las cosas que pasan a nuestro alrededor, pero que no vemos. Si pudiéramos mirar más que sólo ver... Si pudiéramos escuchar más que sólo oír... La magia que nos da la vida cada día y que a veces no sabemos apreciar. Llega un momento, no sabemos cuándo, en que nuestros caminos encuentran una encrucijada. La vida nos pone a prueba mediante una decisión que cambiaría nuestro rumbo. De una situación o realidad que creemos que parece segura y estable a otra un tanto aventurera. Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es. Deberíamos seguir a nuestra intuición; de algún modo ya sabe lo que realmente quieres llegar a ser. Todo lo demás es secundario. Tu tiempo es limitado.

Un día, alguien escribió: queda prohibido levantarte un día sin saber qué hacer. Queda prohibido no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños. Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor. Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas, olvidar a toda la gente que te quiere. Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera un último suspiro. Queda prohibido no intentar comprender a las personas, no crear tu historia, no tener un momento para la gente que te necesita, no comprender que lo que la vida te da, también te lo puede quitar. Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores. Quien lo escribió, que razón tenía. Cuántas cosas dejamos de hacer por miedo. Miedo; que es precisamente lo que nos aleja de la felicidad…
Esos días en los que las lágrimas llegan y la soledad te persigue. En los que parece que todo está perdido, que no hay salidas, que no hay caminos. Sin embargo, sabes que no hay días que duren para siempre. Así que sigue caminando, sigue luchando, dale cuerda a tu reloj personal.

Y ahora tendré que correr. Ya se me está haciendo tarde... y el mundo sigue dando vueltas y yo sigo aquí escribiendo algo que quizás ya no tiene sentido…

sábado, 12 de noviembre de 2011

Cuaderno en blanco

Llevo un tiempo queriendo hacer esto. Cojo un cuaderno que creía en blanco. Me gustaría escribir algo, algo sincero y bonito... al principio me cuesta. Me tumbo en la cama, boca arriba y con las piernas en alto apoyadas en la pared. Es entonces cuando me paro a pensar en lo sencillo de las cosas, en que en los pequeños detalles se encuentran las lecciones más grandes y los pequeños momentos de felicidad. Todo cuenta. Todo vale.

Sigo escribiendo acerca de mis reflexiones y pensamientos, Sigo pasando las hojas hasta que de repente aparece tu nombre escrito en una esquina. Así de primeras, no recuerdo cuando tracé cada letra de tu nombre... Empiezo a recordar, es una historia cuanto menos peculiar. Entonces es cuando me pregunto,  ¿he de creer en el destino? o por el contrario, ¿existen las casualidades?. No creo en el destino en el sentido de que todo está escrito de antemano, hagas lo que hagas nada va a cambiar. Sin embargo, sí creo en las casualidades. Según van pasando los días, meses, años... vas tomando unos caminos y dejando otros de lado según rus elecciones; elecciones que cambian tu vida ya que no podrás volver atrás y retomar esos caminos que un día decidiste abandonar.
Todas esas elecciones te hacen conocer personas, nuevas experiencias tanto buenas como malas... Nada de eso es posible si no se juntas tus caminos con los de otros que tomaron una elección similar a la tuya. Todo ello sirve tanto para elecciones sin importancia como para otras que pueden cambiar tu vida drásticamente. Si no hubiera decidido hablarle a aquella chica que estaba sola y parecía perdida una noche de fiestas, nunca se hubiera convertido en lo que ahora es, una de mis mejores amigas. Si no hubiera decidido jugar al fútbol, no me hubiera dado cuenta de a quien le importo realmente y a quien solo por interés, o quizás si, pero más tarde. Si no hubiera decidido salir esa noche, no os hubiera conocido, no te hubiera conocido [...]

Es pronto para saber cómo acabará este cuaderno. Sobre qué escribiré... Pero, no me gustaría que fuera un solo capítulo, sino una historia.

"Lo esperado solamente es el comienzo. Lo inesperado... es lo que cambia nuestras vidas"

Duele, pero hay que levantarse

La vida es como una canción o como una película, en la que tú eres la protagonista. Conoces a mucha gente, alguna se convierte en tu amigo o en algo más que un amigo. Otras se conviertes en tus enemigos, o simplemente desaparecen de tu vista. Si los que desaparecen no los conocías demasiado, pues no te importa, pero si desaparece esa persona que te hacía la vida más interesante, más tranquila o simplemente era diferente al resto, esa duele, y duele mucho, duele hasta pasarte horas y horas llorando sin que nadie te pueda dar consuelo.
Te intentan ayudar, te invitan a tomar unas copas, o a salir un rato, tomar el aire, pero siempre vuelves al mismo tema, y si hubiera dicho... o si hubiera hecho...

No te das cuenta de la gente que pasa a tu alrededor, con la que compartes grandes experiencias que quizás jamás se vuelvan a repetir, experiencias que guardas en tu memoria para siempre y que nada ni nadie podrá reemplazar. Pero cuando se enfría esa relación que tienes, te vas distanciando, cambias o cambian de lugar o de casa o de ciudad, ya no es lo mismo, o si aparece una persona en su vida, que te lo roba...

Siempre intentamos ayudar al de enfrente, pero no nos damos cuenta de que somos nosotros mismos los que necesitamos esa ayuda, los que necesitamos que alguien nos diga no cojas el teléfono, o no le llames, es inútil, siempre necesitamos ayuda, y aunque nos creamos los más fuertes del mundo, y pensemos que nada ni nadie nos podrá romper, llega un día en que tu coraza se rompe y llega al corazón. Es en ese momento en el que una persona, una sola, te arropa, te ayuda y te dice lo que más duele, la verdad, te abre los ojos y empiezas a ver con claridad que lo que hiciste no fue buena idea.

Pero de los errores se aprende, si te caes te vuelves a levantar, si te golpean te haces más fuerte. La vida da muchas vueltas y demasiados golpes para caer ko en el primer intento. La vida sigue, aunque duela, hay que levantar la mirada y mirar al frente, ver el horizonte y pensar que mañana será otro día, otro precioso día de nuestra vida, el cuál disfrutaremos como si fuera el último.

Nunca hay que olvidar quienes somos ni como somos, nadie nos cambiará, pero sí que nos ayudará a ser mejores personas, porque de cada persona que tenemos a nuestro lado se aprende algo bueno. Rodeate de buenas personas y tú serás como ellas, con tu estilo, con tu forma, pero serás buena persona.



Empezamos la aventura

Empezamos una nueva aventura, dos amigas, dos compañeras que comparten aficiones y que les gusta escribir.
Esperamos que lo que escribimos os haga pensar o recapacitar en aquellas situaciones, que seguro habéis vivido, y que sobretodo compartáis vuestras reflexiones y comentarios.