Se salpican de palabras las paredes de mi cuerpo y yo sigo
alimentando el monstruo.
No he tardado en darme cuenta de que estabas aquí, de que no
soy tan fuerte como piensas ni cómo creí. Ya que ha amainado tu tormenta no quiero seguir gastando
fuerzas acordándome de ti; y para qué más dramatizar si te tienes que ir…
Boza
Boza
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