lunes, 13 de febrero de 2012

Uno sabe cuándo hablar o cuándo callar. Cada persona sabe cómo debe de actuar o si no debe de actuar. 
Muchas personas se caracterizan por tener un gran corazón, una gran personalidad, pero que los demás lo tratan como si fuera tonto, por ser mejor persona que el de enfrente.

Puedes confiar mucho en una persona, contarle todo aquello que te preocupa, pero siempre hay algo que no quieres contar, ya sea por vergüenza, por timidez, da igual, no siempre hay que contar nada. 
Simplemente, si esa persona te conoce, debe saber con un gesto, o una mirada, que necesitas tiempo, o que solo necesitas estar sola, sin que nadie te pregunte ¿Qué te pasa?.

Es una sola pregunta, pero que trae consigo muchas dificultades a la hora de hablar, puedes contestar un simple "nada" o un "nada, no te preocupes", porque no siempre estás preparado para que alguien sepa lo que de verdad te pasa. 

Puede ser un tema amoroso, económico, de salud o simplemente un bajón que nos dan a todos, pero lo último que quieres es que la persona en la que confías te deje de lado, y piense que estás en contra de ella.
Siempre nos apoyamos en alguien que nos transmite tranquilidad, o nos transmite confianza, pero ¿qué pasa si esa confianza, esa tranquilidad desaparece? ¿Qué podemos hacer ante eso?

No hay comentarios:

Publicar un comentario