jueves, 26 de julio de 2012

La fuerza de un instante

No voy a olvidar lo mejor para evitar lo peor; me niego. Lo bueno siempre permanecerá. Todo pasa y todo queda. Ese punto justo entre querer y no poder, entre quererte sin querer; lo que nunca y siempre pretendí hoy se vuelve contra mí. Y ahora tengo que aceptar que volvemos a sumirnos en la oscuridad cuando estuvimos, cuando estuve tan cerca de la luz en ausencia de ventanas. Creo que ha llegado la hora de la despedida por un tiempo y dar vuelta a las cosas. Palos y piedras van a reconfigurarme la personalidad, seré fuerte y recolectaré mis pedazos con más paciencia de lo habitual.
Ojos. Nunca. Césped. Beso furtivo. Palabras. Carita de sueño mañanero. Batidos. Sonrisa torcida. Ganas de cambiar el mundo. Semáforo. Bicicleta. Chupitos. Calle. Miradas. Rutina. Rosa amarilla. Escaleras. Fotos. Escalofríos. Te quiero. Mensaje. Sandwich. Visita sorpresa. Compras. Ahora. Camisa. Concierto. Lágrima escondida. Un imán, el color azul. Partidos de fútbol. Abrazos de ciencia ficción. Canciones. Adicciones. Caricias de cine sin película. Biblioteca. Plancha. Tirantes. Ascensor. Alcohol y resacas. Hasta pronto. Cajones. Estanterías. Poemas. Libretas. Sentimientos. Horarios. Agendas. Ropa. Felicidad.
Intento sobrellevar este desorden caótico de mi mente y que ahora se parece más a un trastero de recuerdos.  
Es la fuerza de un instante.

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