viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Cómo puedes no darte cuenta?

Hay quien dice que el miedo no es parte de mí, que la energía y la locura me abrazan. Se equivocan, si pudiera quitarme el disfraz lo haría.
Todo se ve con cierta claridad hasta que te paras a pensar en los detalles, en esos pequeños matices que te hacen profundizar en cada tema, te hacen dudar e inevitablemente te vuelven temerosa, que no temeraria.
Sé que no hay forma de convencerte de que por mucho que le des vueltas a las cosas, por mucho que creas que ahora es sí cuando antes era no,  por mucho que te parezca diferente… nada cambia de la noche a la mañana (no sé si por desgracia o por fortuna, pero así es). Cuanto antes te des cuenta, mejor; menos futuro sufrimiento innecesario. Lo único que cambia es tu percepción de las cosas, unas veces te vuelves optimista y crees que puedes conseguir todo lo que te propongas y quieras, que no existen límites; y otras, pesimista haciéndote pensar que no vas a superar los obstáculos que van apareciendo conforme caminas sobre los días del calendario, días que vas tachando conforme terminan y te das cuenta que sigues igual que al principio, que lo único que ha pasado y queda atrás es el tiempo. Unas palabras, un gesto, una sonrisa… pueden desmontarte las bases de lo que tenías más o menos claro, pueden hacerte replantearte cosas antes inamovibles.
¿Realmente merece la pena autoengañarte? Puede que no te des cuenta en ese momento, pero la respuesta es no. Ese tiempo que desaprovechas creyendo lo que no es, no vuelve, se pierde… y la vida es demasiado corta como para estar tirando los segundos, minutos y horas como si no tuviesen ningún valor, y sobre todo innecesariamente. Por si esto no fuera suficiente motivo a tener en cuenta, ¿crees que vale la pena sufrir a lo tonto? Tampoco.
¿Cómo puedes no darte cuenta? Te prometo que lo intento, pero no lo entiendo. Quizás sea porque ya he aprendido la lección, casi nada es lo que parece.

Pd: creo que cualquiera que lo lea puede sentirse identificado, al fin y al cabo nadie es de piedra...

No hay comentarios:

Publicar un comentario