Mientras no se sepa la verdad, las heridas del pasado continuarán abiertas y sin cicatrizar. Conocer la verdad duele, sí, pero es sin duda una acción altamente saludable y liberadora para nuestra cabeza a largo plazo. La verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Esa angustia de no saber la verdad desaparece con el tiempo; el tiempo todo lo cura, o eso dicen...
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